Cuidar a tus padres no te convierte en alguien más grande que ellos.
- Gabriel Rivera
- 27 ene
- 2 Min. de lectura
Cómo respetar la jerarquía familiar transforma tu vida

En las familias existe un orden natural que sostiene su equilibrio: los padres son los grandes, porque llegaron primero y nos dieron la vida; los hijos somos los pequeños, porque la recibimos. Parece simple, ¿verdad? Pero, ¿qué pasa cuando este orden se rompe?
Cuando los hijos asumen roles que no les corresponden, como cuidar emocionalmente a sus padres o cargar con responsabilidades de adultos, el sistema familiar se desbalancea. Este desorden puede manifestarse como conflictos internos, bloqueos emocionales o incluso dificultades para avanzar en la vida.
Un consultante llegó a mi sesión porque sentía que debía cuidar de su madre, dejando de lado sus propios sueños y necesidades. Su padre había abandonado el hogar cuando él era un niño, y, sin darse cuenta, asumió el rol de “el hombre de la casa.” Se convirtió en protector y apoyo emocional de su madre, colocándose en un lugar que no le correspondía. Esta dinámica lo sobrecargaba, haciéndolo sentir atrapado e incapaz de construir su propia familia.
En las constelaciones familiares, este tipo de desajuste en la jerarquía es más común de lo que parece. Cuando los hijos intentan tomar un rol superior al de sus padres —como protegerlos, resolver sus problemas o incluso juzgarlos—, la energía del sistema se interrumpe. Los padres son los grandes, los que deben sostener, y los hijos son los pequeños, los que reciben. Por lo general, este movimiento nos deja sin padres, porque si yo soy el más grande, para que voy a buscar a mis padres para que me ayuden.
En la sesión, trabajamos para que este consultante devolviera la responsabilidad a su madre. No se trataba de culparla o minimizar su dolor, sino de reconocer que, como adulta, ella tiene la capacidad de sostenerse por sí misma. A través de un ejercicio, colocamos al consultante detrás de su madre, para que pudiera sentir cómo era volver a ocupar su lugar como hijo. Al terminar, expresó con alivio: “Es como si hubiera recuperado mi libertad.”
Respetar la jerarquía no significa idealizar a nuestros padres ni negar sus errores. Significa aceptar que ellos son los grandes y que nosotros somos los pequeños. Cuando cada uno ocupa su lugar, el sistema se ordena, y las cargas que no son nuestras finalmente se disuelven.
¿Te has preguntado si estás ocupando el lugar que realmente te corresponde en tu familia?



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